sábado, 1 de marzo de 2025

OSCAR 2025. PREVIA Y QUINIELA

Los Ángeles, 10 de abril de 1972. Una pletórica Liza Minnelli que acababa de estrenar Cabaret anunciaba, desde el escenario del Dorothy Chandler, el ganador del Oscar al Mejor Actor del año anterior. "Gene Hackman", gritaba entusiasmada. Lo primero que hizo el inolvidable Jimmy "Popeye" Doyle de Contra el imperio de la droga al subir a recogerlo fue mirar el sobre que contenía su nombre y exclamar: "¡Es cierto! Es lo que pone". El destino es caprichoso y, sólo once meses después, era él quien, en compañía de Raquel Welch, le entregaba la estatuilla a la Mejor Actriz a la hija de Judy Garland precisamente por la Sally Bowles del musical de Bob Fosse. 
El californiano obtendría un segundo hombrecillo dorado en 1993 por el violento sheriff Little Bill Daggett de Sin Perdón, y otras tres nominaciones por Bonnie y Clyde (1967), Nunca canté para mi padre (1970) y Arde Mississippi (1988). En realidad, casi todas sus actuaciones merecieron ser premiadas. Porque, al contrario de lo que ocurre con otras personas, en el caso de Hackman era él quien dignificaba y le daba prestigio al Oscar y no al revés.

Esta semana nos enterábamos de su fallecimiento a los 95 años. Llevaba retirado de la vida pública desde 2004, pero nadie le había olvidado porque, y quizá no habíamos sido conscientes hasta ahora, era una auténtica leyenda. Entre todas las muestras de condolencia de sus colegas de profesión resulta especialmente significativa la de Clint Eastwood, su director en Sin Perdón: “no había mejor actor que Gene. Intenso e instintivo. Nunca un error. También era un querido amigo al que extrañaré mucho”. 
Como no podría ser de otra manera, él, el "inmortal" Gene Hackman, será uno de los protagonistas destacados del In Memoriam de la 97ª edición de los Premios de la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood que se celebra este domingo. Le acompañarán en ese homenaje musical a los desaparecidos en los últimos meses en forma de sucesión de imágenes los rostros de otros grandes del celuloide como Maggie Smith, Louis Gossett Jr., James Earl Jones, Teri Garr, David Lynch, Shelley Duvall, Donald Sutherland, Gena Rowlands, Quincy Jones, Alain Delon o nuestra Marisa Paredes, quien adquirió la eternidad cinéfila con la oscarizada Todo sobre mi madre (1999), de Pedro Almodóvar. Pensar en ellos y en tantos y tantos como ellos, en sus interpretaciones, partituras y creaciones no siempre bendecidas por la codiciada estatuilla, en su entrega absoluta a una industria cruel y fascinante, ayuda a reconciliarse con esa fabrica de sueños que es el cine y a minimizar las bochornosas controversias que esta temporada han llegado a desvirtuar el verdadero sentido de estos galardones: reconocer el arte. 

Desde los tiempos en que Harvey Weinstein hacía y deshacía a su antojo con total impunidad, no habíamos presenciado una campaña tan encarnizada y salvaje. Cualquier argumento ha servido de munición para empañar y socavar las opciones de algunas de las candidatas: desde el uso o abuso de la Inteligencia Artificial en producciones como The Brutalist o Un completo desconocido hasta la ausencia de la figura del coordinador de intimidad en Anora, pasando por rescatar un sketch de hace 20 años en el que Fernanda Torres practicaba lo que hoy llamamos Blackface. Pero la guinda del pastel de las polémicas la puso Karla Sofía Gascón al salir a la luz unos antiguos tuits suyos cargados de comentarios racistas y ofensivos. Y, así, de la noche a la mañana fuimos testigos de la caída en desgracia de la actriz española, apartada, silenciada, borrada de la promoción de Emilia Pérez por miedo a que el desagradable hedor de sus mensajes impregnase a la película entera. Después de "castigarle" unas semanas en el rincón de pensar, su distribuidora internacional, Netflix, le ha levantado el veto y Gascón podrá asistir a la gala de los Oscar aunque, seamos sinceros, sus posibilidades de victoria son nulas (tal vez nunca las tuvo). Entonces, uno se pregunta: ¿cuánto deben pesar los asuntos extracinematográficas, por muy reprochables que resulten, a la hora de votar los mejores trabajos del año? ¿Karla Sofía sería finalista si el escándalo hubiera saltado antes de conocerse las nominaciones? ¿Estamos ante una Academia más concienciada que la que hace años distinguió a Roman Polanski, acusado de varias violaciones, o al actor Casey Affleck, pese a haber sido demandado por el presunto acoso sexual a dos excompañeras? ¿Más concienciada o más hipócrita? ¿Terminará todo esto afectando a la credibilidad de unos premios que, a punto de conmemorar su primer siglo, continuan gozando de un crédito y una capacidad de influencia incuestionables? Es un debate complejo que requiere apertura de miras y una reflexión sosegada como paso previo a adoptar medidas y establecer protocolos que transformen o condiciones a la propia industria del espectáculo. Al respecto, recupero una frase de Cónclave, la cinta de Edward Berger que narra el intrigante proceso de elección de un nuevo Papa: “Jamás encontraremos un candidato cuyo historial sea del todo intachable”.

El cómico Conan O'Brien debuta como maestro de ceremonias en una gala en la que inevitablemente se recordarán los terribles incendios forestales que asolaron Los Ángeles en enero y en la que también es previsible que se escuchen voces críticas con las políticas agresivas de Donald Trump. O puede que no, porque ni los Oscar son los Goya ni a Hollywood le conviene cabrear al presidente. De hecho, los gigantes audiovisuales Disney o Paramount preparan recortes en sus estrategias de diversidad, equidad e inclusión; un gesto que supone un intento de congraciarse con la "nueva" Casa Blanca. No obstante, el anuncio de las candidaturas se produjo la misma semana de la investidura. Y, como reza uno de los temas musicales de Emilia Pérez, no parecía que la selección de los títulos finalistas fuera "por casualidad". Además de con la primera intérprete transexual nominada en la historia, los académicos recibieron a Trump con una serie de propuestas capaces de causarle sarpullidos: la odisea de un inmigrante que se traslada a Estados Unidos en busca de un futuro digno y que, nada más llegar, se topa con la simbólica imagen de la Estatua de la Libertad "boca abajo"; una cruenta denuncia, inspirada en hechos reales, de las torturas y crímenes cometidos por la dictadura militar brasileña, tan añorada por Bolsonaro; el mito de Jekyll y Hyde en una delirante versión feminista, psicotrópica y gore, que lleva al límite la esclavitud por la apariencia física y la obsesión por la belleza; una oda a la diferencia disfrazada de fábula multicolor; el racismo institucional y las barbaridades ejercidas en un reformatorio de Florida en la década de los 60; la destrucción lenta y progresiva de los pueblos de una región de Cisjordania por parte de los soldados israelíes; la resistencia valiente, aunque frágil como la porcelana, a la invasión rusa en Ucrania; el biopic de un poeta rebelde que se convertiría en el mayor representante de la canción protesta; una hermosa y animada aventura ecologista en un mundo postapocalíptico en el que no se echa de menos al ser humano; el angustioso retrato de familias rotas por las deportaciones del inclemente gobierno norteamericano... Sin embargo, lo que más habrá molestado al presidente es que The Apprentice, recreación de sus inicios como empresario inmobiliario en el Nueva York de los 70, haya obtenido dos nominaciones para sus actores, Sebatian Stan (Trump) y Jeremy Strong (Joy Cohn, su abogado y mentor).

Polémicas aparte, se antoja complicado vaticinar cuál o cuáles serán los films que acapararán mayor número de recompensas. La batalla en Mejor Película se reduce a un duelo entre Anora y Cónclave; salvo sorpresa mayúscula, ambas se harán también con los trofeos al Guión Original y al Adaptado, respectivamente. Tres premios, como mínimo, se intuyen para Wicked (Maquillaje y Peluquería, Vestuario y Diseño de Producción) y Dune: Parte 2 (Efectos Visuales y Sonido), y uno para A Real Pain (Actor de Reparto) y The Brutalist (Mejor Música). Y, si los tuits de Karla Sofía no provocan estragos, el equipo de Emilia Pérez alzará tres estatuillas (Actriz de Reparto, Película Internacional y Canción). La Sustancia y Un completo desconocido se juegan todo a sus protagonistas (Moore y Chalamet). Y, de entre las diez finalistas de la categoría reina, Nickel Boys y Aún sigo aquí son las que más papeletas tienen de marcharse con las manos vacías en una edición en la que obras de indiscutible calidad como La habitación de al lado, Rivales y Queer (las dos dirigidas por Luca Guadagnino), Blitz, Civil War, La luz que imaginamos, Babygirl o Jurado nº2 han sido totalmente ignoradas.
De los 20 intérpretes nominados, 13 son debutantes en los Oscar y sólo uno, Adrien Brody, sabe lo que es ganarlo. Y, como viene ocurriendo en los últimos años, la Academia ha recibido críticas por permitir lo que se conoce como fraude de categoría; es decir, que se presenten como secundarias actuaciones que deberían ser consideradas protagonistas. Kieran Culkin aparece en A Real Pain 58 minutos; a penas 4 menos que Jesse Eisenberg. Más sangrante es el caso de Zoe Saldaña en Emilia Pérez (57 minutos en pantalla frente a los 52 de Karla Sofía Gascón); una argucia que perjudica a quieres de verdad defienden un rol de reparto. Difícil lo tiene, por ejemplo, una intervención poderosa, pero tan pequeñita como la de Isabella Rossellini en Cónclave (8 minutos y 16 segundos). 
La suerte está echada. En unos horas despediremos una temporadas incómoda y repleta de sobresaltos y descubriremos quiénes ocuparán una página permanente en la memoria colectiva y en la historia del séptimo arte. Y, qué queréis que os diga, me encantaría que después de escuchar su nombre alguno de los premiados emulara a Gene Hackman y, comprobando el sobre, dijera aquello de "¡Es cierto! Es lo que pone".


MEJOR PELÍCULA
Anora
Aún estoy aquí
Cónclave
Dune: Parte 2
Emilia Pérez
La sustancia
Nickel boys
The Brutalist
Un completo desconocido
Wicked
                                     

Debería ganar: Anora.


Su victoria en los Gremios de Productores (PGA), Directores (DGA) y Guionistas (WGA) colocan a Anora un escalón por encima de sus oponentes. A lo largo de la historia sólo una película, Brokeback Mountain (2005), ha perdido el Oscar con semejante palmarés. La denominada "Pretty Woman de la generación Z" ha sido la propuesta que mejor ha resistido una carrera llena de obstáculos y giros inesperados desde su triunfo en Cannes. Únicamente tres films se han hecho con la Palma de Oro y con el Premio de La Academia: Días sin huella (1946), Marty (1955) y Parásitos (2019). ¿Será la cinta de Sean Baker la cuarta en lograrlo? Pues tiene muchas posibilidades porque esta pequeña joya indie sobre una "loser" que se obnubila al creer que, por una vez, la fortuna le sonríe despierta simpatías y un consenso con el que no cuentan, por ejemplo, La Sustancia y Wicked y Emilia Pérez, que había generado una enorme expectación con sus 13 menciones (récord para una obra en lengua no inglesa).
Aunque un tempranero Globo de Oro situó a The Brutalist en una posición privilegiada en las apuestas, semana a semana sus esperanzas se han ido diluyendo y Cónclave le ha adelantado por la izquierda. El provocador thriller ambientado en el Vaticano aterriza en el Dolby Theatre en un momento óptimo tras coronarse en los Bafta y en los SAG (Sindicato de Actores). Ah, y posee un arma secreta, un amuleto de carne y hueso: Ralph Fiennes, quien puede presumir de haber participado en tres ganadoras en Mejor Película (La lista de Schindler, El paciente inglés y En tierra hostil). 


MEJOR DIRECCIÓN

Brady Corbet (The Brutalist)
Coralie Fargeat (La sustancia)
Jacques Audiard (Emilia Pérez)
James Mangold (Un completo desconocido)
Sean Baker (Anora)

Debería ganar: Sean Baker.

Sean Baker, responsable de Anora, se estrena en los Oscar por la puerta grande, con 4 nominaciones (como productor, director, guionista y montador). Independientemente de lo que suceda en Mejor Película, su reconocimiento como realizador está prácticamente garantizado con el respaldo del DGA. La única alternativa sólida es Brady Corbet, acreedor del Bafta y el Globo de Oro.     
Los cinco aspirantes afrontam su primera candidatura, algo que no pasaba desde 1998, y Fargeat es la novena mujer nominada en 97 años. 
Incomprensible resulta la ausencia en esta categoría de Edwar Barger. La Academia ya le ignoró por Sin novedad en el frente (2022); choca porque entre ésta y Cónclave suman 17 nominaciones. 


MEJOR ACTOR
Adrien Brody (The Brutalist)
Colman Domingo (Las vidas de Sing Sing)
Ralph Fiennes (Cónclave)
Sebastian Stan (The Apprentice)
Timothée Chalamet (Un completo desconocido)

Debería ganar: Timothée Chalamet.

Adrien Brody llega a la meta con la etiqueta de favorito colgada del traje y con los bolsillos atiborrados de reconocimientos (incluidos Globo de Oro, Bafta y Critics Choice). Veintidós años después de su Oscar por El pianista, aspira a repetir la hazaña con un papel, en The Brutalist, con evidentes semejanzas con el que alcanzó la gloria: el de Lászlo Tóth, un arquitecto judío que emigra a Estados Unidos persiguiendo el sueño americano tras sobrevivir al Holocausto. De lograrlo, se marcaría "un Hillary Swank": un pleno de 2 (premios) de 2 (nominaciones) en la categoría de protagonista. La comparación con la actriz de Nebraska no es casual porque, más allá de sus trofeos, las trayectorias cinematográficas de ambos han sido irregulares y con más bajos que altos.
Brody atesora, desde el 23 de marzo de 2003, una plusmarca que todavía nadie le ha arrebatado: el de ser el intérprete más joven en ganar un Oscar a Mejor Actor. Tenía 29 años y 434 días, exactamente 369 más de con los que contará el día de la gala Timothée Chalamet, su principal rival de esta edición por encarnar al legendario Bob Dylan en Un completo desconocido. En resumen: la derrota de Adrien podría ser doble, volviendo a su casa sin estatuilla y sin récord que valga. 
Cuando ya habíamos asumido que el pescado estaba vendido, los SAG resucitaban las opciones de Chalamet. Durante su discurso de aceptación, admitía sin pudor que quiere ser ""uno de los grandes". 
Su ambición quizá haga cambiar de opinión a aquellos que creen que es demasiado pronto para inscribir su nombre en el hombrecillo dorado. No hay que olvidar que ésta es su segunda candidatura tras la obtenida por Call me by your name (2017), que se quedó a las puertas de otra por Beautiful boy (2018) y que ha igualado un hito del mítico James Dean (son los únicos intérpretes masculinos con dos menciones antes de cumplir los 30). 
Pocas posibilidades, por no decir ninguna, tienen Colman Domingo (nominado el año pasado por Rustin) y Ralph Fiennes con su Cardenal Lawrence. En su caso, a la tercera no irá la vencida. 
Para Sebastian Stan ya es un triunfo en sí figurar en este quinteto. Además de por su rol de Trump, se postuló por A different Man, que le proporcionó el Globo de Oro. Aún así, se ha jugado su puesto hasta el último minuto con Daniel Craig (Queer) y Hugh Grant (Heretic). 


MEJOR ACTRIZ
Cynthia Erivo (Wicked)
Demi Moore (La sustancia)
Fernanda Torres (Aún estoy aquí)
Karla Sofía Gascón (Emilia Pérez)
Mikey Madison (Anora)

Debería ganar: Mikey Madison.

Hasta bien entrado el mes de enero ha costado vislumbrar una favorita en Mejor Actriz. Por el camino se iban apeando de la competición estrellas como Nicole Kidman, Angelina Jolie, Saoirse Ronan o Kate Winslet. Y aunque Mikey Madison se ha mantenido firme en las principales quinielas, en su contra juega su juventud (25 años) y que todavía es casi una desconocida para industria y público.
Necesitábamos un nombre y un "relato". Y, entonces, apareció ella: Demi Moore. Porque, no nos engañemos, Elisabeth Sparkle, su alter ego en La Sustancia, podría ser una alegoría de su propia carrera  y de las de tantas otras mujeres de Hollywood. Su entrega al personaje es total y sus discursos a lo largo de la temporada de premios, recordando que nunca de ha sentido lo bastante buena y que le infravaloraron considerándola una actriz de usar y tirar, le han catapultado hasta el Oscar. Como sucedió con Brendan Fraser en 2023, ella representa la nostalgia de los 90, la resiliencia, el resurgir, la justicia hecha estatuilla. Además, Demi ha tenido suerte por dos motivos: porque su actuación ha convencido más que la de Pamela Anderson (The last showgirl), con quien comparte ciertas similitudes narrativas; y porque Zoe Saldaña concurre como Actriz de Reparto. 
El speech de Moore será uno de los momentazos de la velada... si Fernanda Torres no da la campanada. La brasileña aglutinará mucho voto internacional, pero seguramente no el suficiente. 


MEJOR ACTOR DE REPARTO
Edward Norton (Un completo desconocido)
Guy Pearce (The Brutalist)
Jeremy Strong (The Apprentice)
Kieran Culkin (A Real Pain)
Yura Borisov (Anora)

Debería ganar: Jeremy Stong.

Este es el premio más previsible de la noche. Kieran Culkin lo ha ganado absolutamente todo y el Oscar no se le va a escapar. Y eso que sus contrincantes han plantado cara con cuatro interpretaciones de altura, dejando fuera al mismísimo Denzel Washington.


MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
Ariana Grande (Wicked)
Felicity Jones (The Brutalist)
Isabella Rossellini (Cónclave)
Monica Barbaro (Un completo desconocido)
Zoe Saldaña (Emilia Pérez)


Debería ganar: Zoe Saldaña.

Saldaña y Grande parecían las únicas con plaza asegurada en una categoría que permitía múltiples combinaciones. Se han quedado fuera Danielle Deadwyler (The Piano Lesson),  Aunjanue Ellis-Taylor (Nickel Boys) y Jamie Lee Curtis (The Last Show girl). Pero, sin duda, la exclusión más dolorosa es la de Margaret Qualley, pieza fundamental para entender, amar, odiar o compadecerse del personaje de Demi Moore en La Sustancia.    
La Academia se ha dejado seducir por la Joan Baez de Monica Barbaro, por la pizpireta Glinda de Ariana Grande, por la determinante hermana Agnes de Isabella Rossellini (cuánto se alegraría David Lynch de verte ahí) y por la abnegada Erzsébet Tóht de Felicity Jones (en su segunda nominación tras La teoría del todo). But "the Oscar goes to..." ¡Rita! Como Culkien, Zoe Saldaña no ha fallado durante la temporada y se ha escapado, por los pelos, de la sombra alargada de Karla Sofía. Fantástica ganadora. 


MEJOR PELÍCULA INTERNACIONAL
Aún estoy aquí (Brasil)
Emilia Pérez (Francia)
Flow (Letonia)
La chica de la aguja (Dinamarca)
La semilla de la higuera sagrada (Alemania)

Debería ganar: Emilia Pérez.

Por primera vez, dos de las contendientes en Mejor Película Internacional están también en la categoría reina: Emilia Pérez y Aún estoy aquíSi ganara el narco musical de Audiard, Francia sumaría 13 victorias y se quedaría a una de igualar el récord histórico que ostenta Italia. Brasil jamás ha vencido en este apartado. Mientras Emilia Pérez no ha sido capaz de mantener el fervor académico previo a las nominaciones, la cinta de Walter Salles poco a poco se ha ido consolidando como la alternativa. Así que lo que hasta hace unos días podría catalogarse de "sorpresa" cada vez está más cerca de convertirse en un sorpaso.   
Mención especial merece la alemana La semilla de la higuera sagrada, un brutal testimonio del ensañamiento y la violencia sistémica contra las mujeres por parte del régimen iraní. Su director, Mohammad Rasoulof, la rodó en secreto y se vio obligado a exiliarse de su país para evitar las represalias. 

MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN
Del revés 2
Flow
Memorias de un caracol
Robot salvaje
Wallace y Gromit: la venganza se sirve con plumas

Debería ganar: Flow.


MEJOR GUION ORIGINAL
Anora
A Real Pain
La Sustancia
Septiembre 5
The Brutalist


Debería ganar: Anora.


MEJOR GUION ADAPTADO
Cónclave
Emilia Pérez
Las vidas de Sing Sing
Nickel Boys
Un completo desconocido

Debería ganar: Cónclave.


MEJOR MONTAJE
Anora
Cónclave
Emilia Pérez
The Brutalist 
Wicked

Debería ganar: Anora.


MEJOR FOTOGRAFÍA
Dune: Parte 2
Emilia Pérez
María Callas
Nosferatu
The Brutalist

Debería ganar: Dune: Parte 2.


MEJOR SONIDO
Dune: Parte 2
Emilia Pérez
Robot Salvaje
Un completo desconocido
Wicked

Debería ganar: Wicked.


MEJOR DISEÑO DE PRODUCCIÓN
Cónclave
Dune: Parte 2
The Brutalist
Nosferatu
Wicked

Debería ganar: The Brutalist.


MEJORES EFECTOS VISUALES
Alien: Romulus
Better Man
Dune: Parte 2
El reino del planeta de los simios
Wicked

Debería ganar: Dune: Parte 2.


MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA
A Different Man
Emilia Pérez
La Sustancia
Nosferatu
Wicked 

Debería ganar: La Sustancia.


MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO
Cónclave
Gladiator II
Nosferatu
Un completo desconocido
Wicked

Debería ganar: Wicked.


MEJOR MÚSICA
Cónclave
Emilia Pérez
Robot Salvaje
The Brutalist
Wicked

Debería ganar: 
Robot Salvaje.


MEJOR CANCIÓN
“El mal” (Emilia Pérez)
“Like a bird” (Las vidas de Sing Sing)
“Mi camino” (Emilia Pérez)
“Never too late” (Elton John: Never too late)
“The Journey” (Seis triple ocho)

Debería ganar: “The Journey” (Seis triple ocho).


MEJOR  DOCUMENTAL
Banda sonora para un golpe de estado
Black box diaries
No other land
Porcelain war
Sugarcane

Debería ganar: No other land.




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