viernes, 3 de mayo de 2013

ESAS PEQUEÑAS COSAS: EL AÑO MÁS FELIZ DE MI VIDA

Todo comenzó con “uno de los partos más rápidos que habían presenciado”, comentó mi ginecóloga Pilar, cuando tan solo 9 minutos después de entrar en el paritorio, ni un segundo más, nació mi hija Paula.
Han pasado ya doce meses desde entonces y puedo aseguraros que me miro al espejo y me reconozco: soy yo. Ha sido un año con una carga emocional abrumadora: sensaciones, sentimientos, experiencias, reflexiones y opiniones que me han enriquecido como persona y que quiero compartir con vosotros.

Amor de madre
En primer lugar, me gustaría expresar, aunque suene a tópico, que amo a una personita inocente por encima de todo lo imaginable: mi hija PAULA. Pienso que todas las madres y padres de este planeta; no sólo mi marido Pablo y yo tenemos este sentimiento, pero a nosotros nos hace sentir especiales.
Es increíble verme reflejada en ella y sentirme responsable tanto de su presente como de su futuro, sentimiento que me ha hecho analizar distintas situaciones que me rodean. O, dicho de otra manera, ‘la vida es muy corta para beber vino malo’, comentaría tranquilamente con mi amiga María. Con ello quiero decir que, ahora más que nunca, intento disfrutar al máximo tanto en el ámbito personal como en el profesional; es más, todo lo que hago y comparto tiene un sentido: ser más feliz junto con los que realmente ponen el acento en mi corazón. Mención especial a las abuelas (Fina y Purín), y a mi querido grupo de amigos de la “OFICINA”: Ismael Algarra, María Caballero, Amparo Cervera, Gonzalo Ferrada, María Llopis, Clara Marzá, Patricia Moratalla, David Nuñez, Miriam Reyes, Verónica Rodriguez, Rosa Romero, Beatriz Sambeat, Josevi Sánchez. Paula os adora tíos (y yo más).

¿Todo sigue igual que antes? 
Reconozco que me he vuelto más exigente en mis relaciones de amistad y en el ámbito profesional por la sencilla razón de que me falta tiempo y porque he sembrado suficiente para ahora recoger los frutos. Sé que corro un riesgo. Vamos, que igual sale una flor que un cactus, pero hay que hacerlo...
Otro aspecto que me preocupa es la actual crisis mundial en la que estamos inmersos. Me pregunto si Paula y sus amig@s entenderán algún día el momento histórico en el que han nacido. España comenzó a deteriorarse en 2008; una sociedad que sigue marcada por un sistema capitalista que depende de los mercados y que cuenta con más de seis millones de personas desempleadas. Espero que cuando la peque lea este artículo, nuestra generación haya conseguido remontar la situación. Mi marido y yo, al menos, lo estamos intentando.
Así pues, quiero remarcar, tal y como lo he hecho en múltiples de conversaciones, que la crisis por la que estamos pasando me ha enseñado tres cosas muy básicas: 1) he ganado en valores; 2) que los buenos son muy buenos; 3) que los malos son muy malos.

Mi deseo es que Paula sea feliz!
Es indudable que el bienestar de un hijo depende de la actitud que adopten sus padres, y ello conlleva mucho tiempo. No podemos creernos víctimas por tener esa responsabilidad, elegida por uno mismo, de responder por un hijo. Yo lo tengo muy claro: mi mayor deseo es que Paula sea feliz.

La felicidad de Paula no dependerá de si tenemos más o menos recursos económicos, sino de que logremos crear un ambiente de oportunidades donde pueda construir su personalidad, que tenga seguridad en sí misma, que pueda elegir con total libertad, equivocarse y rectificar.. pero siempre hacia una dirección. Yo tuve esa oportunidad. ¡Gracias papis!

Dicen que el primer año como mamá es muy duro...
En cuanto al primer año de vida de nuestros hijos, no entiendo por qué se empeñan en gritar que los primeros doce meses son muy duros, como si de un manual de estilo se tratase: depresión posparto, cólicos, falta de sueño.. no voy a dedicar ni una sola línea más. Sólo os puedo contar que mi experiencia ha sido realmente positiva: vivencias, fortalezas, oportunidades y, sobre todo, mis relaciones personales se han reforzado.
Hago una pausa. Releo el artículo que escribí antes de nacer mi hija Paula en este blog de mi amigo David Núñez y reconozco que mis prioridades han cambiado. En ese momento, pensaba seguir con mis quehaceres diarios y asistir a todos los ‘saraos’, pero la realidad es que ahora mi prioridad es llegar a casa para abrazar a Paula, ya que lo es todo en nuestras vidas.

Ya para terminar, me gustaría darle las gracias a mi madre por ser mi mejor amiga. La fórmula es sencilla: saber escuchar y comprender. Ojalá lo logre yo con mi hija Paula.

TERESA DOMENECH
- Periodista y mamá de Paula -

3 comentarios:

@claramontesinos dijo...

Precioso Tere y muy sincero. ¡Felicidades!

Héctor González dijo...

Describes perfectamente el cambio que sientes cuando tu vida, y la visión que tienes de ella, cambia por la maravillosa aparición de un precioso ser que la transforma

Héctor dijo...
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