Después de varios meses de ausencia, vuelvo al rincón que me ofrece el propietario de este pequeño gran blog para hablaros del efecto borrego en su versión 2.0. Quiero decir en primer lugar, y para quien no conozca qué es el efecto borrego, que yo he sido el primero en sufrir sus consecuencias, por ejemplo, a la hora de elegir el título de este artículo. ¿Por qué le he puesto el “2.0” de coletilla? Pues porque suena a moderno, queda bien, lo utiliza mucha gente… pues eso, efecto borrego al canto.
Ahora bien, hay otras veces en las que el borreguismo social alcanza tal magnitud que, visto desde la distancia, roza el esperpento. Por ejemplo, ¿pagarías 45 euros por una pulsera de silicona blandengue y más bien fea con una pegatina brillante en el medio? No verdad. Pero claro, si ves que cuatro famosotes la llevan y la mitad de tus amigos ya se la han comprado y te dicen que desde que se la han puesto duermen mejor, se cansan menos corriendo y les ayuda a tener un equilibrio formidable, la cosa cambia, ¿verdad? “Dame una para mí y otra para mi padre que le duele la espalda y seguro que le irá bien”. Pum, efecto borrego al canto.
Resulta que en determinados momentos o situaciones de nuestra vida, a pesar de que muchos se puedan (o nos podamos) considerar superoriginales y especiales, nos comportamos como auténticos borreguitos de un rebaño haciendo exactamente lo mismo que los que están a nuestro alrededor y siguiendo casi inconscientemente las órdenes de alguien al que obedecemos sin saber muy bien por qué.
En general, caemos en el efecto borrego debido a originales estrategias comerciales que reportan cuantiosos beneficios para los “marketinianos” pastores del rebaño. Éstos nos generan a gran parte de la sociedad, y casi sin que nos demos cuenta, una serie de necesidades consumistas que seguramente por nosotros mismos no tendríamos.
Pues esto que parece de chiste ha pasado a escala mundial con las pulseras “Power Balance” y cuya empresa fabricante finalmente ha sido condenada por la justicia australiana a devolver el dinero a los compradores y a admitir que eran un timo (ver aquí). Millones de pulseritas, cuyo coste de producción no pasaría del euro, vendidas entre 35 y 50 euros gracias al efecto borrego. ¡Qué grande!
Ésta es la versión tradicional del comportamiento borreguil. Sin embargo, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han ayudado a que este fenómeno evolucione, mute y se convierta en algo mucho menos comercial y, en mi opinión, más social. Es el “Efecto borrego 2.0”.
Todo empezó con las (en apariencia inocentes, pero en realidad chungas y extorsionadoras) cadenas de e-mails que se mandaban a través del correo electrónico y que tenías que reenviar en menos de x minutos a más de x personas para salvar a un niño, conocer al amor de tu vida o que te regalaran un teléfono móvil en el Mercadona. Si no lo hacías, decía al final del mensaje, corrías el riesgo de tener 10 años de mala suerte, perder tu trabajo o en el peor de los casos, no volver a comer tortilla de patatas…
Pues aunque parezca increíble, la gente lo hacía, y lo peor de todo es que se creaba un bucle infinito con estas cadenas que recorría el mundo entero durante meses. Os prometo que más de dos años después de recibir una de estas “cadenas Fwd” en mi correo, me volvió a llegar. Ay, quien fuera e-mail amenazante para conocer mundo y gente…
Sí amig@s, la gente le daba a la teclita del “Reenviar a todos mis contactos” y se decían a sí mismos para autoconvencerse: “sé que es mentira, pero por si acaso…”. Por si acaso, por si acaso…¡Borreg@, eso es lo que eres!
Y lo último de lo último del efecto borrego 2.0 es el Trending Topic de Twitter. ¿Qué no tienes nada que decir? ¿Qué no te pasa nada en tu vida que te dé motivos para escribir sobre ello? No te preocupes, el pajarito más famoso de las redes sociales te lo pone fácil para que no te salgas del rebaño y hagas lo mismo que todo el mundo. Tú entras en la web y él te dice cuales son los temas de los que habla la mayoría y te sirve en bandeja el efecto borrego en forma de Trendig Topic.
No importa que no tengas ni idea de lo que allí se habla, tú le pinchas a uno de esos hasthags (etiqueta que identifica un tema), que causan sensación en ese momento, y contribuyes a darle bolilla a la estrella juvenil del momento con #justinbieberesunanenaza, sacas los trapos sucios de la familia con #odioamicuñado, o contribuyes a enriquecer la literatura española y su refranero popular (oh, tú, paladín de la cultura y la sabiduría borreguil), gracias al pizpireto y picarón #refranesconpollazoenlaboca.
El colmo del efecto borrego 2.0 lo encontramos en esta noticia (ver aquí) en la que nos explica que los españoles tenemos el dudoso honor de ser el primer país en convertir en tema más comentado del momento un término mal escrito. Concretamente #acamapadasol, en lugar de #acampadasol durante los primeros días del movimiento 15-M. O sea, que el primero que lo escribe se equivoca y lo pone mal, y en lugar de arreglarlo, el resto de la gente, por arte y gracia del efecto borreguil siguen la corriente y continúan poniéndolo mal. ¡¡Qué grande es el efecto borrego!!!
La verdad es que yo, esta última noticia que os he dado no la he contrastado mucho; me la pasó un amigo al que se la había hecho llegar un primo suyo y le dijo que era buenísima… ¡Qué le vamos a hacer! Todos llevamos un borreguito dentro y el que esté libre de culpa… que se salga del rebaño.
JOSEVI SÁNCHEZ
- Periodista -
5 comentarios:
TE INVITO A ECHAR UN VISTAZO A MI BLOG Y SI TE GUSTA BUSCAR TU VOTO EN LA CATEGORÍA TU CIUDAD, GRACIAS http://recuerdogijon.blogspot.com/
jajaja. Por fín conozco a alguien que la ha palmado por no hacerlo. Lo malo es que yo tampoco los reenvío....
¡NOOOOOOOOO!
Me encanta la comparación de los TT de Twitter con el efecto borrego. Has dado en el clavo! Tendemos a querer sentirnos parte d ela masa :-) Un besote al autor del post i al escritor y propietario de este blog. <3
Genial, Xevi! Al iguao que Mir, me ha parecido genial la comparación de twitter con el "efecto borrego 2.0". De hecho, el otro día criticaba que cómo puede ser TT chorrada tan grande: hoy es el día 9 de los 366 días de este año... Y similares, en fin... Un besoteee :)
Asumo mi borreguismo 2.0. Aunque nunca me he fiado de las pulseritas de colores, confieso estar dentro del bucle infinito de la inercia social.
Salirse de esta rueda es arriesgado, pero a veces vale la pena.
Gracias por tu reflexión, Xevi
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