Año 1990. Una emisora de televisión privada recién nacida llamada Tele 5 (por aquel entonces, la cadena amiga), estrena Campeones, una serie japonesa de dibujos animados ambientada en el mundo del fútbol que, sin embargo, todos recordamos como Óliver y Benji. Se emitía de lunes a viernes a las 20:30 y competía con el Telediario de TVE 1. Los que éramos niños en aquella época la recordamos como un auténtico fenómeno social. Quizá algunos de los futbolistas que triunfan hoy en día en nuestro país soñaban de pequeños con meter goles como los de Óliver Aton, parar balones al estilo de Benji Price o llegar a ser campeones del mundo (Pujol, Casillas y compañía cumplieron con creces esa ilusión infantil).
Para que os hagáis una idea de la repercusión que tuvo esta producción nipona en los hogares españoles os diré una cifra: llegó a alcanzar un share de audiencia de más del 26% (es decir, 26 de cada cien personas que veían la tele en ese momento, se decantaban por ella). Hoy en día, a pesar de que la oferta de canales se ha multiplicado y segmentado, cuesta asimilar que un contenido infantil pueda batir esas marcas.
Y aunque todavía hoy nos reímos al recordar esos partidos que duraban tres capítulos, esas carreras interminables por unos campos kilométricos y las patadas al balón a cámara extremadamente lenta, lo cierto es que a todos nos encantaba.
Durante 128 capítulos fuimos partícipes de las vivencias de un grupo de chavales que militaban en el New Team y querían triunfar con esfuerzo y coraje. Coleccionamos sus cromos, nos aprendimos su machacona canción (yo incluso hice un playback con mis amigos de mi Falla) e intentábamos imitar sus jugadas acrobáticas. Además del carismático delantero Óliver y el calculador portero Benji, una gran cantidad de personajes entraron en nuestras casas por la pequeña pantalla: Mark Lenders, el agresivo eterno rival que volvía locas a las chicas; Tom Baker, el compañero perfecto para Aton; el bonachón Bruce Harper; Julian Ross, ejemplo de superación por su enfermedad cardíaca; los sincronizados hermanos Derric... Seguro que muchos los estáis visualizando a todos ellos haciendo sus chilenas, rematando con dureza a puerta, sin renunciar a competir ni estando malheridos; siempre luchando hasta el final para conseguir la victora. Sí, vale que los guionistas exageraban y creaban técnicas futbolísticas tan efectistas como imposibles; seguramente por eso nos enganchaban tanto.
Para que os hagáis una idea de la repercusión que tuvo esta producción nipona en los hogares españoles os diré una cifra: llegó a alcanzar un share de audiencia de más del 26% (es decir, 26 de cada cien personas que veían la tele en ese momento, se decantaban por ella). Hoy en día, a pesar de que la oferta de canales se ha multiplicado y segmentado, cuesta asimilar que un contenido infantil pueda batir esas marcas.
Durante 128 capítulos fuimos partícipes de las vivencias de un grupo de chavales que militaban en el New Team y querían triunfar con esfuerzo y coraje. Coleccionamos sus cromos, nos aprendimos su machacona canción (yo incluso hice un playback con mis amigos de mi Falla) e intentábamos imitar sus jugadas acrobáticas. Además del carismático delantero Óliver y el calculador portero Benji, una gran cantidad de personajes entraron en nuestras casas por la pequeña pantalla: Mark Lenders, el agresivo eterno rival que volvía locas a las chicas; Tom Baker, el compañero perfecto para Aton; el bonachón Bruce Harper; Julian Ross, ejemplo de superación por su enfermedad cardíaca; los sincronizados hermanos Derric... Seguro que muchos los estáis visualizando a todos ellos haciendo sus chilenas, rematando con dureza a puerta, sin renunciar a competir ni estando malheridos; siempre luchando hasta el final para conseguir la victora. Sí, vale que los guionistas exageraban y creaban técnicas futbolísticas tan efectistas como imposibles; seguramente por eso nos enganchaban tanto.
Esta mirada al pasado tiene su explicación: hace unos días descubrí un divertido vídeo en el que un grupo de japones realizan su particular versión en carne y hueso de la cabecera de la serie y quiero compartirlo con vosotros. Para que veáis que en Internet tampoco olvidan a los integrantes del New Team.
Si no fuera porque no quiero parecer el típico "abuelito nostálgico", acabaría esta entrada diciendo eso de que ya no se hacen dibujos como los de antes. Pero que conste que no lo he dicho.
1 comentario:
Es lo que tenia crecer merendando y viendo estas cosas... que se te grababan "a hierro" en la mente.
Un saludo y suerte en los 20" blogs.
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