Hoy se cumplen 75 años de esa fecha tan simbólica y emblemática para el Régimen Franquista, la del bautizado como Alzamiento Nacional. Un acontecimiento que cambió el rumbo de un país y el destino de su población. Un golpe de estado que abrió una de las etapas más negras de nuestra historia reciente, una brecha difícil de salvar.
Y el cine no podía desperdiciar un argumento tan repleto de odio, sangre, destrucción, miseria, intrigas políticas, miedo, traiciones, represalias, familias rotas... De hecho, en los últimos años la Guerra Civil se ha convertido en uno de los escenarios más frecuentes de nuestra producción cinematográfica. Hay quien critica esta tendencia y acusa a nuestros directores de andar faltos de ideas y de empeñarse en remover las viejas heridas. En cambio, otros consideran que todavía quedan episodios que merecen ser contados, desde distintos enfoques y con diferentes protagonistas, y que, además, hay que refrescar la memoria para que no vuelva a suceder nada parecido.
El cine empezó a retratar la contienda desde las trincheras de cada uno de los bandos. Los abundantes títulos durante el conflicto prácticamente se limitan a documentales y noticiarios ideologizantes tanto por parte de los republicanos como de los nacionales; y, sin embargo, constituyen un testimonio histórico impagable, pues muestran de manera cruda y explícita la dos caras de la contienda, con discursos maniqueos, pero directos. El objetivo era vencer al enemigo también en el terreno de la propaganda; justificar, captar, silenciar y, cómo no, demonizar. Todo con mucha pasión y utilizando los símbolos que mejor casaban con el ideario de cada frente: el mundo obrero frente a los elementos falangistas.
El cine empezó a retratar la contienda desde las trincheras de cada uno de los bandos. Los abundantes títulos durante el conflicto prácticamente se limitan a documentales y noticiarios ideologizantes tanto por parte de los republicanos como de los nacionales; y, sin embargo, constituyen un testimonio histórico impagable, pues muestran de manera cruda y explícita la dos caras de la contienda, con discursos maniqueos, pero directos. El objetivo era vencer al enemigo también en el terreno de la propaganda; justificar, captar, silenciar y, cómo no, demonizar. Todo con mucha pasión y utilizando los símbolos que mejor casaban con el ideario de cada frente: el mundo obrero frente a los elementos falangistas.
Muy diferente resulta el panorama tras la contienda. Como la historia la escriben los vencedores (en gran medida gracias a la censura), durante la dictadura franquista abundaron las películas de exaltación patriótica y religiosa, que idealizaban el papel del bando nacional en el conflicto. Entre todas, hay que destacar Raza (1941), con guión del propio caudillo y dirigida por Sáenz de Heredia, quien también realizó el documental Franco, ese hombre (1964), con la excusa de conmemorar los "25 años de paz", como los denominó el Régimen. La producción fue más prolífica en la primeros años de la posguerra con el objetivo de "convencer" y justificar el Alzamiento Nacional. Evidentemente, cualquier intento de "vender" otra realidad era rápidamente anulado.
No será hasta la muerte de Franco y el comienzo de la democracia, cuando se produce también la revisión cinematográfica de la Guerra Civil. Conocemos un nuevo punto de vista, el de los vencidos. Aunque el contexto es siempre el mismo, las miradas varían y mucho. Algunos se esfuerzan por retratar el conflicto y lo que lo rodea con un enfoque tierno e incluso cómico, como Luis García Berlanga en La vaquilla (1985), fruto de un guión rechazado anteriormente por la censura franquista, o en películas como ¡Biba la banda! (1987) o La niña de tus ojos (1998). Otros utilizan la inocencia de la infancia para dar forma a su relato, como en El viaje de Carol (2002) o La lengua de las mariposas (1999), donde además se refleja que una de las grandes perjudicadas de la contienda fue la cultura, como también lo fue el arte; para muestra la serie biográfica Lorca, muerte de un poeta (1987), o las tragicómicas ¡Ay Carmela! (1990), Las cosas del querer (1989) y Pájaros de papel (2010). Algunas producciones se centran en episodios concretos como Dragon Rapide (1986), que recrea los días previos al Alzamiento Nacional, o La hora de los Valientes (1998), sobre el traslado de las obras del Museo del Prado de Madrid a Valencia durante la guerra. En ocasiones el conflicto civil ha sido el escenario ficticio de propuestas fantásticas como las recientes El espinazo del diablo (2001), El laberinto del Fauno (2006) o Balada Triste de Trompeta (2010). Y, en cambio, otros directores nos han situado practicamente en el frente de batalla; sirvan como ejemplo Soldados de Salamina (2003), Libertarias (1996) y Tierra y libertad (1995), de Ken Loach, una de las más celebradas y premiadas. Asimismo, el cine ha dejado su testimonio sobre la persecución y represalias que sufrieron los derrotados en largometrajes como Las 13 rosas (2007) y La voz dormida (2011), que se estrenará el próximo otoño, a veces denunciando la complicidad del clero, como en Los girasoles ciegos (2008). Y cómo olvidar adaptaciones de obras literarias como Las bicicletas son para el verano (1984), Si te dicen que caí (1989) o El lápiz del carpintero (2002).
Desde la Transición hasta nuestros días, más de cincuenta películas y numerosos documentales han luchado, unos con más fortuna que otros, por dignificar la memoria de los derrotados. Y aunque el ánimo propagandístico es menor que el que movía toda la producción anterior, algunas de esas propuestas también se han dejado llevar por el ánimo de venganza y el maniqueísmo. Probablemente, todavía habrá que esperar unos cuantos años para hacer esa gran cinta de la Guerra Civil Española que, sin caer en la corrección y el sentimentalismo comercial, sea capaz de mostrarla de la manera más objetiva posible y sin despertar susceptibilidades en los herederos emocionales de ambos bandos.
Y vosotros, ¿con qué película os quedáis? ¿Y cuál creéis que refleja mejor la contienda?
Nota: Soy consciente de que en este breve e incompleto artículo faltan muchísimos títulos. Espero que entendáis que sólo haya destacado aquellos que conozco o que considero referencia obligada. Para los interesados en el tema, os recomiendo que visitéis un blog completísimo y detallado sobre el asunto: http://peliculasdelaguerracivil.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario