lunes, 20 de septiembre de 2010

MARCAPÁGINAS: DESAYUNO EN TIFFANY'S

"Holly seguía con el gato en sus brazos.
-Pobre desgraciado -dijo, haciéndole cosquillas en la cabeza-, pobre desgraciado que ni siquiera tiene nombre. Es un poco fastidioso eso de que no tenga nombre. Pero no tengo ningún derecho a ponérselo: tendrá que esperar a ser el gato de alguien. Nos encontramos un día junto al río, pero ninguno de los dos le pertenece al otro. Él es independiente, y yo también. No quiero poseer nada hasta que encuentre un lugar en donde yo esté en mi lugar y las cosas estén en el suyo. Todavía no estoy segura de dónde está ese lugar. Pero sé qué aspecto tiene. -Sonrió y dejó caer el gato al suelo-. Es como Tiffany´s -dijo-. Y no creas que me muero por las joyas. Los diamantes sí. Pero llevar diamantes sin haber cumplido los cuarenta es una horterada; y entonces todavía resulta peligroso. Sólo quedan bien cuando los llevan mujeres verdaderamente viejas (...). He comprobado que lo que mejor me sienta es tomar un taxi e ir a Tiffany's. Me calma de golpe, ese silencio, esa atmósfera tan arrogante; en un sitio así no podría ocurrirte nada malo, sería imposible, en medio de todos esos hombres con los trajes tan elegantes, y ese encantador aroma a plata y a billetero de cocodrilo. Si encontrase un lugar de la vida real en donde me sintiera como me siento en Tiffany's, me compraría unos cuantos muebles y le pondría nombre al gato".

El escritor norteamericano Truman Capote nos transporta en esta maravillosa novela corta a un edificio en el Upper East Side de Manhattan. Allí nos presenta a una peculiar inquilina, Holly Golightly, sin otro oficio que el de dama de compañía de los más adinerados caballeros.
Bajo la apariencia de una mujer independiente, frívola, ambiciosa e ingenua, se esconde un ser profundo, inseguro y vulnerable. Aunque huye de un pasado humilde y aspira ansiosamente a un futuro acomodado y fastuoso, se siente incapaz de soportar su presente provisional, la sensación de vacío, su soledad.
Holly enamora no tanto por su glamour aprendido y postizo, como por su espíritu rebelde e indefenso. Sólo es necesario rascar un poco para descubrir a una niña temerosa de sus propios pensamientos; una "viajera" incapaz de enfrentarse a sus miedos y que intenta esconderse tras una máscara caprichosa y deslenguada.
Con estos rasgos, no es extraño que Holly Golightly sea, quizás, el personaje más complejo y seductor creado por Capote. No deja de ser una prostituta selectiva y soñadora que se engaña a sí misma al pensar que usando a los hombres logrará ser libre. Recela de cualquier atadura; odia las jaulas y los lazos. Pero, paradójicamente, la inconsciencia de sus actos le irán atrapando progresivamente. Una curiosidad: se dice que el autor se inspiró en la actriz Marilyn Monroe para crear a Holly.
Si a una protagonista magnética y carismática le sumamos unos personajes secundarios consistentes, unos diálogos ingeniosos y precisos, un ritmo ligero y unas dosis justas de intriga, el resultado es un relato provocativo, divertido y emocionante, mucho más profundo de lo que puede parecer.
Por cierto, la edición de Anagrama incluye otros tres relatos de Capote (Una casa de flores, Una guitarra de diamantes y Un recuerdo navideño), igualmente recomendables.
Todos necesitamos encontrar un refugio, se llame Tiffany's o de cualquier otro modo. No es fácil, pero no nos queda otra. Por tanto, recomiendo esta historia a quienes se sientan perdidos en algún momento de sus vidas. Al fin y al cabo, somos humanos.

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