domingo, 15 de agosto de 2010

JUGUETES INOLVIDABLES

Los conocimos en 1995 y nos embaucaron. Tenían un buen gancho: protagonizaban el primer largometraje de animación realizado íntegramente por ordenador. En 1999 volvieron para demostrar que se puede hacer una secuela dignamente. Y este verano, los juguetes más famosos de la factoría Pixar han regresado para, al parecer, despedirse del público definitivamente.
El vaquero Woody, el héroe espacial Buzz Lightyear y toda su tropa se van, sí. Pero lo hacen por la puerta grande, regalándonos secuencias inolvidables. Porque Toy Story 3 no es una cinta de verano pensada con el objetivo de estirar hasta el límite el éxito de sus dos predecesoras (que también); ante todo, es un ejemplo de buen cine. Al contrario de lo que ha ocurrido con la saga Shrek, cada nueva aventura de estos juguetes con alma y vida ha respetado el espíritu e incluso ha superado en calidad al original. De esta manera, puedo afirmar que este último título es, sin ningún tipo de duda, el mejor de la trilogía; un punto y final redondo, redondo. Les ha salido un producto perfecto: siempre divertida, emotiva y nostálgica en algunos momentos, frenética en otros, sorprendente, original... Todo lo que pueda decir se queda corto para describir esta obra maestra que demuestra que Pixar tiene inagotables recursos técnicos y, sobre todo, creativos. No me extrañaría en absoluto que fuera una de las candidatas a Mejor Película en la próxima edición de los Oscar.
Aunque supongo que muchos ya la habréis visto, por si acaso os hago un breve resumen del argumento: Andy, el niño de las entregas anteriores, ha crecido y se prepara para ir a la universidad. Antes de marcharse de casa, tiene que almacenar sus juguetes de la infancia en el desván, donde quedarán relegados y sin cumplir su principal función: hacer felices a los niños. Sin embargo, un error provoca que la caja que los contiene termine en un lugar muy especial: una guardería infantil. Allí, nuestros protagonistas conocerán a nuevos "amigos" e intentarán empezar de cero. Pero pronto se darán cuenta de que las cosas no son tan bonitas como parecían en un principio...

No descubro nada nuevo si digo que, por encima de su guión original e impecable, su factura técnica y su éxito en la taquilla mundial, la mayor virtud de esta trilogía es que constituye uno de los mayores cantos a la amistad que se han visto nunca en una pantalla de cine. Toda una lección de lealtad y solidaridad para niños y adultos. El principal objetivo de los protagonistas en cada una de las tramas no ha sido escapar del peligro, como se podría interpretar a simple vista; su prioridad es permanecer juntos y no abandonar nunca a los otros. Así, de plástico, trapo o electrónicos, estos muñecos tienen unos valores más firmes que la mayoría de los seres humanos.
En cuanto a los personajes, siempre he sentido debilidad por el matrimonio Potato y por el cobarde dinosaurio Trixie, aunque lo cierto es que todos, principales y secundarios, forman un conjunto equilibrado y tienen personalidades muy marcadas y complementarias. No obstante, Toy Story 3 no sería lo que es sin Barbie y Ken, auténticas revelaciones del film. Ella, sexy, sofisticada y culta; él, ególatra, narcisista y esclavo de la moda. Juntos nos ofrecen escenas memorables. De hecho, ya hay quien está reclamando una película íntegramante protagonizada por ellos. Podría ser la bomba.

Es imposible no destacar otro de los momentos estelares: el tronchante guiño que tiene la productora al convertir al galáctico Buzz Lightyear en un caballero andaluz. La versión de Hay un amigo en mi entonada por Diego El Cigala no tiene desperdicio y le pone el broche de oro a este espectáculo de color e ingenio.
Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno... Echaremos de menos a Woody y compañía, pero es mejor así. Cuando uno crece, hay que dejar los juguetes almacenados o dárselos a otros niños para que los disfruten. La vida consiste en ir quemando etapas. Eso sí, nadie nos puede quitar nuestros recuerdos (salvo el mal de Alzheimer -vale, es humor negro, pero lo tenía a tiro). Y será difícil que olvidemos a esta pandilla tan bien avenida. Hasta siempre muñecos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola,me la recomendaron y la verdad me encanto,ya quisieramos que entre los humanos existiese el mismo sentido de la amistad que entre esos juguetes,leales,cariñosos y altruistas .
un besito M.J.