El pasado viernes, fui con mi amiga Sara al cine. Después de "negociar" qué película veríamos ("ésta ya la he visto", "ésta otra la voy a ver con fulanito", "la que quieras menos esa"...), terminamos eligiendo la última del actor carpetero de moda, el "vampiro" Robert Pattison. Recuérdame, se llama la propuesta. A primera vista, parecía un pseudo drama romántico más. Ya me lo estaba imaginando: chico rebelde conoce a chica sensible motivado por una absurda apuesta y, tras el típico enfado y la consiguiente ruptura, se dan cuenta de que no pueden vivir el uno sin el otro, se reconcilian y se atiborran de perdices. La típica cinta para adolescentes (dicen que una al año, no hace daño). Pues nada de eso.
Pretenciosa, oscura, reiterativa, aburrida... Recuérdame naufraga con sus diálogos casi infantiles, unas situaciones exageradas y unos personajes demasiado tópicos (un padre esclavo del trabajo que descuida a sus hijos, un policía violento y tierno a la vez, un compañero de piso irresponsable y graciosillo...). Si sólo fuera eso, podríamos estar hablando de una película floja de las tantas que se estrenan cada semana (al fin y al cabo, todos los días no se hacen obras maestras). Sin embargo, su director tiene reservada para el espectador una sorpresa final, tan inesperada y tan fuera de lugar que resulta difícil de asimilar. Seguramente habrá quien se estremezca en su butaca e incluso llegue a soltar alguna lagrimita; pero yo no pude evitar que me entrase la risa. Lo primero que pude decir fue lo siguiente: "¡Qué tomadura de pelo!".
Pretenciosa, oscura, reiterativa, aburrida... Recuérdame naufraga con sus diálogos casi infantiles, unas situaciones exageradas y unos personajes demasiado tópicos (un padre esclavo del trabajo que descuida a sus hijos, un policía violento y tierno a la vez, un compañero de piso irresponsable y graciosillo...). Si sólo fuera eso, podríamos estar hablando de una película floja de las tantas que se estrenan cada semana (al fin y al cabo, todos los días no se hacen obras maestras). Sin embargo, su director tiene reservada para el espectador una sorpresa final, tan inesperada y tan fuera de lugar que resulta difícil de asimilar. Seguramente habrá quien se estremezca en su butaca e incluso llegue a soltar alguna lagrimita; pero yo no pude evitar que me entrase la risa. Lo primero que pude decir fue lo siguiente: "¡Qué tomadura de pelo!".
Esta crítica va a ser corta, porque el producto no se merece otra cosa. Si lo que pretende es ser una metáfora del destino y la importancia de aprovechar cada día como si fuera el último, fracasa estrepitosamente. Pero si lo que querían era dejar huella, lo han conseguido. Porque, como bien reza su título, será difícil que podamos olvidar tan tremendo tostón. Por eso, os imaginaréis cómo hemos rebautizado Sara y yo esta película: Olvídame. Esto sí que era previsible.
NOTA: Y que me perdonen las fieles de Pattison (quien, por cierto, no es para tanto...).
NOTA: Y que me perdonen las fieles de Pattison (quien, por cierto, no es para tanto...).
2 comentarios:
David pero como eres tan duro con la película???? Lo de Olvídame es cruel...jejeje!
No en serio, estoy totalmente en contra de tu opinión, pero ojo, la respeto al máximo. Entiendo que haya gente que no sepa apreciarla o que simplemente no le guste...Ya conocemos el dicho.
Donde tu ves simpleza, yo veo grandeza, donde tu te aburres yo vibro...y sí fui de las que se le saltó la lagrimilla! :)
Pasate por mi blog, como no podía faltar, he comentado la película...quien sabe igual me lees y cambias de opinión.
Por cierto, te diré de antemano que sí me gusta Robert Pattinson y me ha encantado en este film más que nunca.
De nuevo te reitero tu crueldad para con "Olvídame"... Es increible como para unos es detestable y para otros es maravillosa! Por eso me encanta el cine y por eso me encanta leer blogs como este.
Nos vemos!!!
Gracias, David, por advertirnos del tostón. Me aburren los tópicos.
Besos
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