Como cada año por estas fechas, las carteleras de los cines se llenas de títulos presuntamente interesantes que llegan rodeados de intensas campañas de promoción y avalados por un auténtico aluvión de nominaciones a Premios Goya, Globos de Oro, Oscar y demás estatuillas. Porque, no nos engañemos, resultar galardonado en alguno de estos certámenes sirve para ganar prestigio; pero fundamentalmente aportan publicidad y pueden ayudar a reflotar una película o darle el empujón definitivo.
En las últimas semanas he podido ver en el cine cuatro de las cintas más taquilleras de la temporada y, curiosamente, también de las mejor valoradas por la crítica. De hecho, muchos de los componentes de sus equipos técnicos y artísticos deben estar preparando sus modelitos para recorrer las alfombras rojas más importantes a la caza de premios. Habrá que esperar para comprobar cuántos acumulan. De momento, aquí dejo brevemente mi opinión sobre cada una de ellas.
EL SECRETO DE SUS OJOS
La combinación de talentos del director Juan José Campanella y del actor Ricardo Darín ya nos había regalado momentos inolvidables a los amantes del cine. Pero El secreto de sus ojos es probablemente su cinta más redonda. Con un ritmo pausado pero siempre interesante, convierten al espectador en testigos de una investigación policial peligrosa, intensa y, durante mucho tiempo, interrumpida. Unas soberbias interpretaciones, un lenguaje preciso y un guión que mantiene la intriga hasta el final son algunos de los ingredientes que hacen de esta producción argentina una de las propuestas más estimulantes de la temporada. Por algo está nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa.
Para quienes creen que todo debe tener un final.
NINE
Tras el monumental éxito que obtuvo con Chicago, su multipremiada anterior película, Rob Marshall había despertado grandes expectativas con su nuevo proyecto. Sin embargo, aunque de una factura impecable, Nine decepciona por su ritmo excesivamente lento, su tono derrotista y unos numeros musicales en su mayor parte intimistas y descafeinados. El espectador que espere reírse y disfrutar de grandes coreografías se sentirá defraudado. Por lo que respecta al reparto, destacaría la actuación de Daniel Day-Lewis (impecable como de costumbre), Marion Cotillard, Kate Hudson y nuestra Penélope Cruz, muy por encima del resto de sus compañeras (correctas, sin más). No sé si esta vez la madrileña conseguirá su segundo Oscar, pero desde luego se lo merece mucho más que por su interpretación en la infumable Vicky Cristina Barcelona.
Para aficionados a los relatos lentos e introspectivos, con fondo musical.
CELDA 211
Probablemente, este thriller dirigido por Daniel Monzón ha sido para muchos la gran sorpresa cinematográfica del año. Enmarcada en un género poco explotado por nuestros realizadores, Celda 211 nos sumerge en una historia con un ritmo frenético desde la primera secuencia. Sin rodeos ni falsos artificios, a pecho descubierto, consigue que el público contenga la respiración durante prácticamente todo su metraje. Todos los actores, pero en especial Luis Tosar y el debutante Alberto Ammann, dan una lección magistral de interpretación. Hay quien pretende elogiar esta cinta diciendo que no parece española, lo cual no deja de ser un prejuicio de quienes consumen poco cine nacional.
Para los amantes de las emociones fuertes en forma de cine de género con trasfondo político.
UP IN THE AIR
De un tiempo a esta parte, Hollywood nos ofrece un tipo de películas con tintes pseudo dramáticos pero con un lenguaje desenfadado y envueltos en un halo de "buen rollo". Pequeña Miss Sunshine o Juno podrían ser dos buenos ejemplos de ello. Y Up in the air cumple a la perfección este patrón. Con unos trucos efectistas y en ocasiones previsibles, consigue la risa o el llanto del espectador poco exigente. No inventa nada, aunque es verdad que logra entretener con un argumento original y un George Clooney más maduro y en estado de gracia. ¿Tanto como para ganar un Oscar? Cosas más raras se han visto. En cualquier caso, una película fácil de olvidar, pero amable y sencilla de digerir.
Para quienes todavía crean que Clooney es sólo fachada y también para sus fans incondicionales. Abstenerse parados y gente desocupada en general.
EL SECRETO DE SUS OJOS
La combinación de talentos del director Juan José Campanella y del actor Ricardo Darín ya nos había regalado momentos inolvidables a los amantes del cine. Pero El secreto de sus ojos es probablemente su cinta más redonda. Con un ritmo pausado pero siempre interesante, convierten al espectador en testigos de una investigación policial peligrosa, intensa y, durante mucho tiempo, interrumpida. Unas soberbias interpretaciones, un lenguaje preciso y un guión que mantiene la intriga hasta el final son algunos de los ingredientes que hacen de esta producción argentina una de las propuestas más estimulantes de la temporada. Por algo está nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa.
Para quienes creen que todo debe tener un final.
NINE
Tras el monumental éxito que obtuvo con Chicago, su multipremiada anterior película, Rob Marshall había despertado grandes expectativas con su nuevo proyecto. Sin embargo, aunque de una factura impecable, Nine decepciona por su ritmo excesivamente lento, su tono derrotista y unos numeros musicales en su mayor parte intimistas y descafeinados. El espectador que espere reírse y disfrutar de grandes coreografías se sentirá defraudado. Por lo que respecta al reparto, destacaría la actuación de Daniel Day-Lewis (impecable como de costumbre), Marion Cotillard, Kate Hudson y nuestra Penélope Cruz, muy por encima del resto de sus compañeras (correctas, sin más). No sé si esta vez la madrileña conseguirá su segundo Oscar, pero desde luego se lo merece mucho más que por su interpretación en la infumable Vicky Cristina Barcelona.
Para aficionados a los relatos lentos e introspectivos, con fondo musical.
CELDA 211
Probablemente, este thriller dirigido por Daniel Monzón ha sido para muchos la gran sorpresa cinematográfica del año. Enmarcada en un género poco explotado por nuestros realizadores, Celda 211 nos sumerge en una historia con un ritmo frenético desde la primera secuencia. Sin rodeos ni falsos artificios, a pecho descubierto, consigue que el público contenga la respiración durante prácticamente todo su metraje. Todos los actores, pero en especial Luis Tosar y el debutante Alberto Ammann, dan una lección magistral de interpretación. Hay quien pretende elogiar esta cinta diciendo que no parece española, lo cual no deja de ser un prejuicio de quienes consumen poco cine nacional.
Para los amantes de las emociones fuertes en forma de cine de género con trasfondo político.
UP IN THE AIR
De un tiempo a esta parte, Hollywood nos ofrece un tipo de películas con tintes pseudo dramáticos pero con un lenguaje desenfadado y envueltos en un halo de "buen rollo". Pequeña Miss Sunshine o Juno podrían ser dos buenos ejemplos de ello. Y Up in the air cumple a la perfección este patrón. Con unos trucos efectistas y en ocasiones previsibles, consigue la risa o el llanto del espectador poco exigente. No inventa nada, aunque es verdad que logra entretener con un argumento original y un George Clooney más maduro y en estado de gracia. ¿Tanto como para ganar un Oscar? Cosas más raras se han visto. En cualquier caso, una película fácil de olvidar, pero amable y sencilla de digerir.
Para quienes todavía crean que Clooney es sólo fachada y también para sus fans incondicionales. Abstenerse parados y gente desocupada en general.
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