viernes, 26 de junio de 2009

EL PERSONAJE: MICHAEL JACKSON

Debería cambiar el nombre a esta sección y llamarla directamente "Obituarios". Paul Newman, Mario Benedetti y, ahora, Michael Jackson. Ayer el conocido como Rey del Pop moría repentinamente en Los Angeles a los cincuenta años de edad por causas todavía desconocidas. Atrás dejaba una vida llena de escándalos y excesos, pero también de un éxito de tal magnitud que ya podemos hablar de leyenda. Las primeras crónicas post mortem comparan su figura con la de Elvis Presley y John Lenon. Y no es para menos porque, polémicas a un lado, Jackson demostró ser un gran artista y logró convertir su imagen en un icono del siglo XX.

"Muere el hombre, nace el mito". De todos los titulares que inundan esta mañana la prensa escrita, probablemente ese sea el más gráfico y contundente. Me pregunto cuándo murió el artista, ese que llenaba estadios, que escribía letras inolvidables y transmitía que era feliz sobre el escenario. A lo mejor, ni siquiera él mismo se dio cuenta. Muchos medios lo definen hoy como un juguete roto, pero falta información: ¿roto por quién? ¿Por la industria musical? ¿Por la prensa o el público? ¿Por su propio ego? Supongo que es difícil señalar a un único responsable de la destrucción personal de Jackson. Quizá la sociedad en la que vivímos, creadora de ídolos de papel, tenga mucho que ver. En cualquier caso, Michael dejó de ser persona hace mucho tiempo para convertirse en un personaje estrafalario y misterioso. O tal vez la estrella "devoró" al artista.
Hoy las crónicas recuerdan sus inicios siendo un niño con los Jackson Five, su progresiva e inquietante transformación física, su implicación con múltiples causas humanitarias y también sus éxitos musicales. No en vano, se le atribuye el mérito de revolucionar la industria con sus impactantes videoclips, y su álbum Thriller ostenta el honor de ser el más vendido de la historia de la música moderna.

Yo no era seguidor de Michael Jackson. Sus años de esplendor coincidieron con mi infancia y, hasta hoy, desconocía muchos de sus logros. Sin embargo, comprendo la pasión que despertaba en todo el mundo con su música, su voz, sus bailes... Jackson hizo disfrutar a millones de personas con su arte y eso tiene mucho mérito. Pero en la memoria colectiva, además de su imborrable legado artístico, también quedarán grabadas su oscura relación con los niños y demás actos autodestructivos.
La música ha perdido a uno de los grandes, pero a cambio los medios de comunicación han encontrado un filón inagotable de especulaciones y rumores en torno a la muerte del cantante que nació negro y siempre quiso ser blanco; también las discográficas intentarán sacar tajada. Me reafirmo: tal vez deberíamos reflexionar sobre el tipo de sociedad que, entre todos, hemos creado. Tenemos Michael Jackson, que en paz descanse, para rato. Y si no al tiempo...

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