-“Estás preciosa”.
-“Gracias, cielo. Nos vemos esta noche en casa”.
Después de esas tiernas palabras, Irene y Jaime se fundieron en un largo abrazo. Llevaban tres años casados, pero seguían comportándose como dos quinceañeros en los primeros meses de relación. Se habían conocido en la universidad estudiando Derecho y, desde entonces, no se habían separado ni un solo día. Más que amor, lo que les unía era una especie de fascinación mutua.
Un beso cruzado lanzado al aire constituyó la despedida definitiva. Cada uno subió a su coche. Antes, la mujer se aseguró de que el pequeño Alejandro, de 18 meses, estuviera sentado y atado correctamente en la silla de seguridad.
Jaime salió delante. En el primer semáforo en el que se detuvo aprovechó para enviar un mensaje al móvil de su mujer. “TQM”, decía.
-“Gracias, cielo. Nos vemos esta noche en casa”.
Después de esas tiernas palabras, Irene y Jaime se fundieron en un largo abrazo. Llevaban tres años casados, pero seguían comportándose como dos quinceañeros en los primeros meses de relación. Se habían conocido en la universidad estudiando Derecho y, desde entonces, no se habían separado ni un solo día. Más que amor, lo que les unía era una especie de fascinación mutua.
Un beso cruzado lanzado al aire constituyó la despedida definitiva. Cada uno subió a su coche. Antes, la mujer se aseguró de que el pequeño Alejandro, de 18 meses, estuviera sentado y atado correctamente en la silla de seguridad.
Jaime salió delante. En el primer semáforo en el que se detuvo aprovechó para enviar un mensaje al móvil de su mujer. “TQM”, decía.
2 comentarios:
David!!! Eres tu? Me encanta tu blog. Besos desde Cairns.
Gracias Elena!!! Seguiré tus evoluciones en tu blog. 1 besito
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